domingo, 25 de abril de 2010

Cuando las palabras...

... no bastan o no significan lo suficiente, dejo que imágenes hablen por mí. Dejo que sean ellas mi voz. Hago fotografía no por moda pasajera, si no porque hay sentimientos que son más fuertes que unas cuantas letras





 Por si compartís este sentimiento, quizás haya algo que os haga brotar sensaciones.

 www.flickr.com/photos/krossart415/

martes, 20 de abril de 2010

Llamando al timbre de tu voz

Sé que no pegamos ni con cola, que no estamos hechos para estar juntos. También sé que somos de mundos diferentes y que no nos merecemos. Sé que no hacemos buena pareja y que somos completamente distintos, por no decir que somos lo peor. También que no nos entendemos y que se supone que esto tendría que haber acabado hace mucho tiempo. Pero, ¿sabes qué? Que le jodan al destino, a la razón, a las palabras y a las suposiciones porque morí ante el mundo para vivir a tu lado.

martes, 13 de abril de 2010

Diálogo interior

Corazón: Señor, ¿puedo hablar con usted? Es importante.
Razón: Sí, soldado, dígame.
Corazón: Verá, lo he meditado mucho y he decidido tomar una decisión.
Razón: ¿Qué decisión?
Corazón: Morir
Razón: ¿De qué demonios me habla, soldado?
Corazón: Bueno, pues...mire, alguien decía que se vive por algo; por alguien; por una meta; por un sueño. Pues bien, no encontrará en mi interior ninguna de estas posibilidades, así que creo que lo más lógico sea terminar con este sinsentido.
Razón: ¡No sea idiota! ¡Le prohibo que haga semejante barbarie!
Corazón: Lo siento señor, la decicisión está tomada.
Razón: ¡Es una orden!
Corazón: Creo que, a veces señor, hay órdenes que es necesario incumplir. Usted me ha dado la oportunidad de mejorar, de seguir adelante cuando flaqueaba. Le estaré eternamente agradecido por todo lo que ha hecho por mí. A veces, cuando el terreno era peligroso, me he lanzado antes de tiempo y usted ha sido quien me ha ordenado esperar. Me ha enseñado aguantar el tipo cuando me disparan, a resistir sus granadas, a parar sus balas. Pero señor, no quiero seguir. No se necesita un soldado si no hay por lo que combatir. Todo ha terminado. Lo siento señor, pero sólo se lo he dicho para que sepa porqué lo hago, no para que evite hacerlo.

Razón se quedó en silencio. La verdad es que le había convencido, pero no podía permitirlo, ¿que diría el resto? ¿Que más da? El corazón tenía razón. No había guerra en la que intervenir, era morir o vivir sin sentido. Para ello, mejor era terminar.
Razón: Está bien, pero haga una cosa: mañana tengo día libre, me ausentaré durante todo el día. Hágalo al amanecer, mientras los demás estén durmiendo. Ha sido un placer conocerle y haber estado en tantas guerras y conquistas.
Corazón: Gracias, señor. Igualmente, señor. La última conquista fue gloriosa, pero ahora todo ha terminado.

Al amanecer del día siguiente, la puerta del baño estaba cerrada con pestillo. Por debajo de ésta, un hilo de sangre avanzaba impune entre las baldosas del suelo.

Razón fue encontrado sin vida en el fondo de un barranco dos semanas después. La cabeza aún tenía alojada una bala y, la cara estaba manchada de sangre seca, todo había terminado, no había otro remedio.

martes, 6 de abril de 2010

Fucking brain

De repente, todo se tuerce. En pocos días pasó de estar feliz, a gusto consigo mismo, a no querer ver el sol, no ver la gente. Se vió en la cumbre de su felicidad y ahora está en la cumbre, de la soledad. Sus amigos no le hacían caso, pasaban de quedar con él, lo habían olvidad. Y como colofón él y su chica no se entendían. También habían pasado de estar genial a no entenderse, a no tener esa conexión que había hecho especial cada uno de los momentos anteriores. Un día, estando en casa decide no salir. Sus amigos y su chica salieron juntos a pasarlo bien. No sabían que le pasaba, pero ya no era el mismo. Él vagaba por las mismas páginas de internet desde hacía horas, viendo a ver si se habían actualizado cuando oye el móvil sonar. Es su chica. Lo coge y oye una canción. Al principio no la conoce pero cuando empieza a oirse la voz del cantante se acuerda. Es una de sus canciones. Oye como ese grupo toca para ella y sus amigos en directo y oye también la voz de esa chica coreando la canción, cantándosela por teléfono. Más tarde oye a todos sus amigos junto a su chica. Cuando está acabando la canción, se corta la comunicación. Se había emocionado. Le temblaba el cuerpo y se le había erizado cada uno de los pelos de su cuerpo. En ese momento, el mar que había en sus ojos decidió salir en tromba por el lagrimal. No podía ser. No podía ser que esos amigos que había llegado a odiar ahora le cantaran. No podia ser que en el peor momento de su relación, su chica le cantara que le quería, que le necesitaba. No podían hacerlo. No tenían derecho. No podían hacerme sentir tan estúpido, pensando en que les dieran por el culo mientras ellos le cantaban cosas bonitas. Algo no cuadraba. Decidió encenderse un cigarro y apurar lo que le quedaba del vaso de ron. No solía beber pero había estado solo, le habían dicho decenas de cantantes que no era buena idea eso de mezclar penas con alcohol, pero se la sudaba, si no ahogaba las penas, se ahogaría él, que más le da, o mejor dicho, que más le daba, porque ahora, todo cambiaba. Decidió tomarse un poco de tranquilidad y pensar. Quizá ellos habrían hecho cosas que a su juicio estaban mal, fatal. Pero hay cosas más importante: saber que aunque nosotros los apartemos de nuestro corazón, hay quien va a estar esperando afuera a que les dejes volver a entrar.
Gracias