miércoles, 23 de febrero de 2011

Ruleta Rusa

Y aquí estamos los dos sentados, uno delante del otro, sólo nosotros. Una mesa redonda de madera de roble, vieja y desgastada. Una lámpara de techo alumbra tenuemente la habitación pequeña. Sólo tú y yo, tú y yo solos.
Bueno, tú, yo y una Colt Anaconda de seis cartuchos cargada con una única bala. Nos miramos, el juego comienza. Me ofrezco empezar. Estás de acuerdo, así que me pongo la pistola apuntando la sien y le digo:
- Me abandonaste. Te necesitaba más que nunca y me dejaste tirado. Desde entonces sólo he caído más bajo, jodiéndome la vida más y más... ""Click"". Sonrío y le entrego la pistola en la mano. Ella enfunda el arma y apunta a su sien.
- Te dejé porque estaba hasta las narices de que pasaras de mi culo y que fueras coqueteando con las zorras que viven contigo. Pero mejor, ahora he conocido a un tipo mejor que tú. Ah, y no te hagas el culpable, que eres un cabrón igualmente.- ""Click"". Imita mi sonrisa y me devuelve el arma. Maldita zorra, se cree que puede jugármela.
-Me dejaste por tu propia inseguridad, porque no concebías que me pudieran entrar otras mujeres, desconfiando de mí y mi fidelidad, sabiendo que nunca he faltado. Pero ¿sabes qué? mejor. Si me ibas a dejar por algo así mejor en ese momento y no después. Si después uno de los dos nos íbamos de Erasmus, a trabajar fuera una temporada o algo...Dios santo, ¿Cómo evitar eso? Me hubieras dejado igualmente, antes o después.- ""Click"". Esta vez no sonrío, sino que me mantengo serio, mirándola fijamente, mientras le devuelvo el arma. Se estaba empezando a alargar mucho el juego. Le noto algo nerviosa. Normal, a ella le tocaban dos de tres cartuchos, y yo sólo tenía una posibilidad de morir.
- ¿Pues sabes qué? ¡Te equivocas porque tengo un novio que está estudiando fuera y nos va genial porque él me entiende, me quiere, me hace sentir mejor de lo que me hacías sentir tú, me presta atención y se preocupa por mí! No sé ni por qué acepté llegar a esto.- Se le nota muy nerviosa, temerosa, le tiembla la mano con la que sostiene la pistola. Comienza a apretar el gatillo...""Click"". Aliviada, respira profundamente y me la deja en la mesa. Algo de lo que no se había percatado ella, ni yo hasta ese momento, viendo la cara posterior de la Colt era que se podía ver donde estaba situada la bala. Estaba justo en el sexto cartucho. La cogí y me la puse en la sien. Entonces sonreí y le dije:
- Pero no le amas. No como me amas a mí, y por eso estás aquí. Quieres matarme o matarte porque no estás tranquila, porque no me consigues olvidar. Porque después de tantos años seguimos los dos igual de jodidos. Porque por mucho que te joda sigues pillada por mí aunque no quieres volver porque sabes que solo te daría más dolor del que te di. Me alegro, que tengas suerte en la vida.- Acto seguido, giro el tambor un cartucho, pero se da cuenta y se levanta de la silla gritando:
-¡Eh! Has movido la bala de sitio.¡Sabes donde está!.- Y antes de que pudiera seguir reprochándome, le respondo:
-Sí, y por cierto, estarás genial con él, pero sigues echando de menos mis orgasmos y el amor ocasional que te daba, porque no puede superarlo el amor de pegote que te da el gilipollas ese. Le sonrío, le miro, y le lanzo un beso al aire.
""Pum""
K.Marte

2 comentarios:

  1. Me ha encantado. :O

    Aunque no vale cambiar las balas de sitio y soltar un discurso mejor!

    Has reflejado aquí lo que pasa continuamente, quien se engaña y vive y quien lo sabe y se dispara.

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  2. Te sentaste justo al borde del sofá
    como si algo allí te fuera a morder.
    Dijiste: "Hay cosas que tenemos que aprender,
    yo a mentir y tú a decirme la verdad,
    yo a ser fuerte y tú a mostrar debilidad,
    tú a morir y yo a matar."

    Y después se hizo el silencio y el silencio fue a parar a una especie de pesada y repartida soledad, y la soledad dio paso a un terror que hacia el final nos mostró un mundo del que ninguno quisimos hablar.

    Y así eran nuestras noches y así era nuestro amor, comenzaba en el silencio, continuaba en el terror, y otra vez de allí al silencio. Dime, ¿para qué hablar de lo que pudo haber sido y de lo que jamás será, tratando de adivinar qué fue eso que hicimos tan mal?,
    si, en fin, se trata de morir o de matar.


    Grande :)

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