martes, 14 de diciembre de 2010

El último que cierre la puerta

Después de algo más de dos semanas he vuelto. Tenía ganas de actualizar, pero no sabía cómo. Llevo tiempo ya queriendo escribir algo que merezca la pena que me lean. Sé que son pocas personas las que se pasan por aquí, pero la verdad es que me hace ilusión, me hace sentir bien que esa poca gente que me lee se vea reflejado en lo que escribo, o al menos le guste. Porque sé entonces que no estoy solo. Porque sé que la pasión por la poesía,  la literatura, los relatos, reflexiones escritas, historietas, novelas, y en general, la magia de hacer eterna y única una idea no es sólo mía. Me gusta que me reconozcan o que me critiquen lo que escribo. Sé que tengo mucho que mejorar en este arte. Pero también sé que he mejorado mucho. Desde aquellas primeras entradas que me dedicaba a decir lo que me pasaba o lo que sentía sin ser realmente profundo se han perdido. Por eso escribo. Es algo que llevo dentro. De pequeño quise hacerme un diario, sólo por el hecho de obligarme a escribir y sacar lo que llevaba dentro diariamente. Me duró apenas 3 días. Es lo que pasa cuando no eres constante, que lo terminas perdiendo. Y eso pasa en todo. En absolutamente TODO. Si no luchas en cada momento por tus deseos, tus objetivos, lo que más quieres...lo pierdes. Como esas ideas en forma de bombilla iluminada que te llega de noche cuando ya estás en la cama. Tienes dos opciones. La primera es encender más luces para llegar a la mesa, sentarte en la silla y escribirla o desarrollarla. La otra es, como suele pasar, apagar esa bombilla iluminada, porque es de noche, tienes sueño, y no quieres luz para dormir. Y no va a volver porque lo que has perdido. Así que sólo me queda el consuelo que aquellas cosas que se perdieron, se perdieron por algo, y pensar que en el fondo se tenían que perder. No creo en el destino, es sólo...un camino. Bueno, muchos caminos.que se unen y se bifurcan. También se entrelazan con otras personas, de manera que chocas con cientas de personas a lo largo de tu vida. Elige la tuya, y lucha por ella. Me voy, ya nos veremos en otra ocasión.


A veces, la mejor manera de apostar por ti es apostando por otra persona. A veces es la mejor manera de pegarte el trompazo de tu vida. A veces es la mejor manera para sentirte realmente feliz.

2 comentarios:

  1. Pues mira, lo has conseguido.
    Firmo con tu nombre tu entrada. Ya sabes que no estás solo.

    ;)

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  2. Como mejora el verso aquel que no podemos recordar...

    Muy grande nene, muy grande

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