miércoles, 20 de octubre de 2010

Cuando ni el verso alivia

Cuando llega el momento en el que no me alivia ni el verso,
rozo el extremo de ansiar el infierno,
de querer acabar con todo el universo,
sin el consuelo pasado de ''Aún nos quedan sueños''.
Y por si fuera poco, descubrí que nada era cierto,
que sólo quedan cenizas por dónde pasó el fuego,
que lo que más quería se marchó lejos
y  que la soledad es mi compañía de nuevo.

Mas no creas que lo que escribo me alivia,
supone más bien un silencio que agoniza,
que provoca lágrimas amargas vertidas
y termino bebiendo todo lo que me alcoholiza.
ron, vodka, cerveza o sangría,
gritando "muérete" a una sociedad enfermiza,
mientras busco en los rincones de un alma vacía.
a quien quiera coger de estas manos frías.


[...]

Nada sale nunca como uno quiere. Sólo hay que sonreir buscando los pequeños rasgos positivos de todo lo que te atemoriza, carga, o agobia. "Yo solo encuentro alivio en el exilio de mi folio"

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