sábado, 30 de octubre de 2010

¿A dónde van?

¿Dónde se fueron los besos que nos quedaron por darnos?
¿Qué es ahora de todos los momentos pasados?
¿Quién ha borrado mi estela en tu alma?
¿Cómo hemos llegado a este punto?
¿Cúando podré olvidar todas las anteriores preguntas?

Una vez más, me cago en la puta. Pero no en la puta inspiración o en la puta suerte como anteriormente, no. Esta vez me cago en la "Puta". Esa puta que debe ser la culpable de todo lo malo que sucede porque todo el mundo se caga en ella. Pues en esa puta me cago porque no consigo olvidar. Porque ni el alcohol, ni la música, ni escribir me hace olvidarte. Porque siempre vas a aparecer en el momento menos oportuno para hacer que no te olvide. Y te odio. Déjame decirte que te odio muy profundamente porque nadie da respuestas a mis preguntas que se formularon porque desapareciste. Me da igual que no vuelvas. ¿Qué quieres que haga? es más, no quiero volver a verte. No si no es para sonreirme y hacerme tragar cada una de estas míseras palabras que estoy escribiendo en un momento de ausencia de un poco de consciencia. No estoy borracho. Ojalá, que no me haga olvidarte no quiere decir que no me ayude a alejarme de ti durante las escasas horas que me dura sus efectos. No es la primera vez que me entran ganas de fumar un peta que haga que te deje de ver con el humo cuál niebla. Pero no. Por ahora, prefiero seguir cagándome en la puta. Nadie sabe quién esa puta, y debe ser una desgraciada, pero alguien se tiene que llevar los palos que he recibido por tu parte. A la puta le tocó.

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